Por Alberto Marroquín Espinoza – En la última de sus declaraciones polémicas, Donald Trump acusó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de “tener tanto miedo a los cárteles que no puede pensar con claridad”. Pero la pregunta inevitable es: ¿quién teme realmente más a los cárteles?
Un señalamiento con doble filo
Mientras en Estados Unidos las muertes por sobredosis de fentanilo y otras drogas alcanzan cifras históricas, las estructuras que venden, distribuyen y lavan dinero dentro de su propio territorio parecen intocables.
Las casas de bolsa, bancos y operadores financieros que mueven miles de millones provenientes del narcotráfico siguen funcionando sin mayores sobresaltos.
¿Por qué no combaten a sus propios narcos?
Si el problema fueran realmente los cárteles, ¿por qué Washington nunca ha desmantelado a las redes de distribución que operan en su país? ¿Por qué el dinero sucio fluye libremente por sus mercados financieros? En lugar de enfrentar el epicentro del consumo y el lavado de dinero, prefieren enfocar su fuerza militar en otros países, justificando guerras fuera de sus fronteras para evadir el problema interno.
El miedo y los hechos
Trump difícilmente puede caminar libremente por las calles de su país, y mucho menos acercarse a escuchar directamente a la gente sin un cerco de seguridad descomunal. En contraste, Claudia Sheinbaum ha recorrido todo México dos veces en apenas 10 meses como presidenta, visitando comunidades, plazas públicas y regiones apartadas, siempre de frente y sin esconderse.
Conclusión
El miedo no se mide con discursos incendiarios ni con acusaciones mediáticas. Se mide con hechos. Y los hechos muestran que el temor más profundo está del otro lado de la frontera, donde las estructuras criminales internas siguen operando sin que se les toque, mientras acusan a otros de lo que no enfrentan en casa.
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