Querétaro, Qro.– La polémica por la ubicación de la estación del tren “La Corregidora” ha encendido el debate entre planeación, política y sustentabilidad.
Mientras el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la Zona de Monumentos y Barrios Tradicionales (PPDUZMBT) prohíbe expresamente el uso ferroviario dentro del Centro Histórico, el proyecto federal parece insistir en ubicar ahí una estación “rápida”.
La ley es clara: el tren debe reubicarse
El Periódico Oficial del Estado de Querétaro, publicado el 25 de octubre de 2018, establece en sus páginas 176, 187 y 189 que las vías del tren deben relocalizarse y su derecho de vía reconvertirse en un parque lineal verde de más de 18 hectáreas.
El objetivo: reducir la fragmentación urbana y crear espacios públicos ecológicos.
“Evaluar la relocalización de la vía ferroviaria y aprovechar los derechos de vía para un espacio recreativo” — PPDUZMBT, 2018.
Es decir, construir una estación dentro de ese polígono no solo sería urbanísticamente inviable, sino legalmente incompatible con las disposiciones municipales y con el principio de aprovechamiento sustentable del territorio establecido en el Artículo 33 de la Ley General del Equilibrio Ecológico.
La alternativa: Libramiento Norponiente – Zona Militar
La propuesta ciudadana y técnica es clara: trasladar la estación “La Corregidora” hacia la zona militar, rumbo al Libramiento Norponiente.
Este punto cuenta con amplios terrenos, conectividad directa con las carreteras 57 y 200, salida hacia los polos industriales del Bajío y suficiente infraestructura para absorber el flujo de pasajeros sin colapsar la ciudad.
“Querétaro necesita trenes, sí, pero con planeación y respeto a su patrimonio.” — Alberto Marroquín Espinoza
Además, el área militar no se encuentra dentro del polígono de protección del INAH ni de la UNESCO, y podría convertirse en un nodo logístico moderno, con movilidad sustentable y conexión intermodal hacia el transporte urbano y regional.
Rumbo a 2027: desarrollo con cabeza o improvisación con consecuencias
En el contexto político rumbo a 2027, el proyecto ferroviario será una de las obras más observadas por su impacto en la planeación metropolitana.
Si el gobierno federal opta por ignorar los planes urbanos locales, el costo político podría ser alto. La ciudadanía no cuestiona el tren, cuestiona dónde y cómo.
Una oportunidad histórica
Reubicar la estación a la zona militar no es oposición: es sensatez. Es la posibilidad de reconciliar movilidad, sustentabilidad y patrimonio.
Lo contrario sería repetir el error histórico de construir progreso sobre el deterioro de la ciudad.
La pregunta está sobre la mesa: ¿seguiremos construyendo trenes sobre lo que queremos preservar?
✍️ Contenido original de EsAhoraAm.com — Periodismo crítico, independiente y ciudadano.
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