En el primer tiempo, Puebla controló el juego, y fue así que, en poco más de media hora, de la mano de Ricardo Marín, se irían arriba en el marcador.
Un cambio de esquema que transformó el partido
Para la segunda mitad, Benjamín Mora hizo un muy buen análisis y cambió su esquema táctico, ajuste que le dio frutos en los primeros quince minutos. Un par de centros de Perlaza acabarían en doblete de Ávila, dándole la vuelta al marcador al comienzo del complemento.
La lectura táctica y emocional del entrenador
Hoy hay que aplaudirle a Benjamín Mora y a su cuerpo técnico. Puebla innovó: salió inesperadamente con una línea de tres que no había usado en todo el torneo. Gracias a esto, Mora tuvo que ajustar en el entretiempo, y lo hizo de manera perfecta.
“En el medio tiempo se ajustó con detalles tácticos y de motivación, apuntando al orgullo, a la dignidad, al respeto por lo que hemos estado haciendo, y a salir a ganar el partido”, comentó el estratega queretano, Benjamín Mora.
El mérito de mantener la garra
Gallos ha sido un equipo que se ha visto mejor en situaciones complicadas: tarjetas rojas, lesiones o, como en este caso, ir abajo en el marcador.
Y es aquí donde entra el mérito de Mora: ha logrado mantener la garra y la motivación en sus jugadores incluso cuando todo parece perdido. Eso también hace un entrenador: no todo es táctica. La parte emocional pesa, y Mora la ha manejado de manera correcta.
Un proyecto que debe sostenerse
Benjamín Mora ha demostrado que debe ser el entrenador en este proceso de reconstrucción que vive el equipo. Tiene que ser un proyecto a largo plazo: el estratega ideal es Mora.
Querétaro encontró en Mora una identidad que mezcla fútbol, carácter y resiliencia. Y en una liga de procesos cortos, mantenerlo podría ser la mejor jugada del club.
¿Y tú qué opinas? ¿Mora debe ser el líder de este proyecto a largo plazo? Déjanos tu comentario.
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