Un camino perfecto… hasta la final
El Paris Saint-Germain llegó a esta final del Mundial de Clubes con paso firme: campeón de Ligue 1, Copa de Francia y Champions League.
En el torneo mundialista, había arrollado a sus rivales: 4-0 al Atlético, 4-0 al Real Madrid, y 2-0 al Bayern en cuartos. Pero en la última parada, el plan se rompió.
El Chelsea, dirigido por Enzo Maresca, planteó un partido inteligente, con una presión alta que incomodó a los parisinos desde el primer minuto.
Lo que muchos esperaban como una exhibición del PSG, se transformó en una clase táctica del equipo londinense.
Errores, frustración y poca reacción
Jugadores clave desaparecieron.
Nuno Mendes fue irreconocible, Ousmane Dembélé perdió balones en zonas peligrosas, y uno de ellos terminó en gol de Cole Palmer.
El medio campo nunca encontró ritmo, y el equipo se desordenó rápidamente.
La expulsión de Neves fue el clavo final. En un partido de este nivel, cada acción pesa. Y esa, fue imperdonable.
¿Fracaso o tropiezo en la madurez de un proyecto?
Es cierto que este PSG ha crecido.
Pasar de ser eliminado en octavos a ganar la Champions y llegar a una final mundial no es menor.
Pero, ¿qué tan preparado está el equipo para manejar la presión de la élite? Hoy no lo logró.
¿Qué sigue para Luis Enrique?
La crítica recae sobre el técnico.
Su planteamiento fue pasivo, su lectura tardía, y no logró ajustar cuando el equipo más lo necesitaba.
La gran pregunta es si este proyecto aún está en construcción o si, pese a los títulos, está mostrando grietas bajo presión.
Reflexión final
Una final inesperada, un resultado doloroso para el favorito y una lección valiosa: el talento no basta cuando no se sabe competir.
¿Y tú qué opinas? ¿Fue un fracaso de Luis Enrique o un triunfo táctico del Chelsea? Déjanos tu comentario. Continuará…
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