“Yo no sé si el PRI quiere ganar votos o quiere que México se hunda”, comentó un comerciante del mercado Escobedo en Querétaro mientras escuchaba por radio las declaraciones de Claudia Sheinbaum. Su reacción refleja el ánimo de muchos ciudadanos: entre tensiones internacionales y fuego cruzado político, lo que está en juego es mucho más que un simple arancel.
La llamada con Trump y la negociación clave
El pasado 31 de julio, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo una llamada telefónica con Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, para evitar el incremento arancelario del 30% a exportaciones mexicanas. Como resultado, ambos mandatarios acordaron una tregua de 90 días para continuar negociaciones.
Se mantendrán, sin embargo, aranceles del 25% sobre autos y fentanilo, y del 50% a acero, aluminio y cobre. Exportaciones que cumplan con las normas del TMEC seguirán exentas.
La acusación: “vendepatrias” en plena negociación
En medio de esta coyuntura, la presidenta lanzó una fuerte crítica contra el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, quien viajó a Estados Unidos a denunciar al gobierno mexicano. Sheinbaum lo calificó como “vendepatrias” y acusó a la oposición de actuar contra el interés nacional.
“Sus compañeros del PAN no cantan mal las rancheras”, añadió, al referirse al respaldo que otros partidos han dado al dirigente priista. Para la presidenta, este tipo de acciones solo buscan que a México le vaya mal en momentos clave para su estabilidad económica.
La economía en contexto: resistencia bajo presión
A pesar de la amenaza arancelaria y de la fricción política, Sheinbaum celebró que México haya ganado tiempo y sostuvo que la economía nacional se mantiene fuerte. Informó que el país registra un crecimiento del 0.7%, uno de los más altos a nivel global, y reiteró que la integración comercial con EE.UU. sigue siendo estratégica y mutuamente beneficiosa.
Reflexión final
Lo que ocurre esta semana es más que un cruce de declaraciones. Es un pulso por la narrativa política, la soberanía económica y el lugar de México en el mapa global. ¿Es válido denunciar afuera lo que no se resuelve adentro? ¿Puede la unidad ser más importante que la crítica?
¿Y tú qué opinas? Te leemos en los comentarios. Comparte esta nota si crees que es momento de hablar claro sobre el país que queremos construir.
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