La historia de dos panistas que prometieron un cambio… pero terminaron igual que sus enemigos
En 1994, Diego Fernández de Cevallos se presentaba como el rostro moderno del PAN, el hombre que enfrentaría al PRI de Carlos Salinas.
En 2018, Ricardo Anaya hacía lo propio, jurando que él representaba el futuro, la transparencia y la decencia.
Ambos eran jóvenes promesas. Ambos eran de Querétaro. Ambos buscaban la presidencia.
Y ambos terminaron igual: derrotados, cuestionados y señalados por pactar con el mismo PRI que decían combatir.
🧨 Pactos en lo oscurito y traiciones al voto
Lo que parecía una lucha contra el sistema terminó siendo un acuerdo con él.
Fernández de Cevallos fue acusado de ser parte del fraude electoral de 1988, al impulsar la quema de las boletas que podrían haber cambiado la historia.
Anaya, por su parte, fue mencionado en las confesiones de Emilio Lozoya como receptor de sobornos para aprobar la reforma energética de Peña Nieto.
La huida de Anaya y el regreso blindado
Cuando la FGR giró una orden de presentación en su contra, Ricardo Anaya huyó a Estados Unidos.
Años después regresó a México no como ciudadano común, sino como senador, protegido por el fuero constitucional.
Un regreso estratégico, no valiente.
💰 Enriquecimiento y negocios inmobiliarios bajo sospecha
- Fernández de Cevallos fue señalado por despojos e irregularidades en Punta Diamante, Acapulco, donde se benefició a través de litigios y redes de poder.
- Anaya acumuló propiedades en parques industriales en Querétaro, con denuncias por el uso de prestanombres y maniobras familiares.
😡 La amargura como única respuesta
Hoy, Diego Fernández de Cevallos solo aparece en redes para lanzar insultos y mensajes cargados de rencor.
El “Jefe Diego” ya no lidera, solo vocifera.
Anaya, desde el Senado, guarda silencio selectivo. No enfrenta a la justicia ni da explicaciones.
Su discurso de «valentía» se diluyó en el fuero parlamentario.
🧠 ¿Qué nos dejan estos dos ejemplos?
Dos generaciones del PAN terminaron igual: vendidas, protegidas y ausentes de la ética política.
No hay diferencia entre sus actos y los que antes condenaban.
Ambos tuvieron la oportunidad de marcar una diferencia.
En vez de eso, eligieron el camino fácil del poder compartido con el PRI, demostrando que cuando se trata de privilegios, no hay ideología que los separe.
🗣️ ¿Y tú qué opinas?
¿Crees que el fuero debe seguir protegiendo a políticos como Ricardo Anaya? ¿Qué otras figuras del PAN han seguido el mismo camino?
Déjanos tu comentario y comparte esta nota para que más personas recuerden lo que estos personajes no quieren que sepas.
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