La historia de la Cooperativa Pascual no comenzó con un brindis, sino con una tragedia: un accidente laboral que costó vidas. Hoy, 40 años después, Pascual es un símbolo vivo de autogestión, resistencia y dignidad obrera.
De huelga a ejemplo cooperativo
En 1982, la huelga obrera que paralizó Refrescos Pascual no solo exigía justicia, sino que sentó las bases de un modelo económico alternativo. Tras tres años de lucha, en 1985, los trabajadores obtuvieron la adjudicación de los bienes de la empresa y transformaron la fábrica en una cooperativa.
Un modelo que desafía la historia
Patricia Izarraras Aviña, Presidenta del Consejo de Administración, recordó que la cooperativa no solo celebra 40 años de existencia, sino 43 años de lucha. Durante el evento en Tizayuca, Hidalgo, se rindió homenaje a los caídos en esta causa, como Concepción Jacobo y Álvaro Hernández, con un emotivo minuto de aplausos.
Hoy, la Cooperativa Pascual da empleo digno a miles de familias y sus productos, como el clásico Boing!, son parte esencial de la cultura popular mexicana.
Un futuro con raíces profundas
“Queremos seguir creciendo sin perder nuestra esencia”, afirmaron los cooperativistas, anunciando la expansión hacia mercados internacionales y el fortalecimiento de programas sociales y educativos.
El evento cerró con un brindis y un grito unánime: “¡Viva la Cooperativa Pascual!” Porque más allá de los refrescos, Pascual es historia viva de la dignidad obrera mexicana.
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