En 2013, mientras el país discutía la apertura energética impulsada por Enrique Peña Nieto, el PAN celebraba en silencio: por fin se concretaba su viejo sueño de “libertad de mercado”.
Doce años después, el partido azul desempolva esa misma palabra —“libertad”— pero ahora la viste con los ropajes de la ultraderecha global.
Lo que parece un lema inofensivo es, en realidad, un regreso calculado al modelo neoliberal que convirtió la energía en mercancía y al Estado en espectador.
🏛️ El relanzamiento del PAN: entre símbolos y nostalgia
El 18 de octubre de 2025, el Partido Acción Nacional presentó su nueva imagen, su nuevo logo y un lema que suena a cruzada ideológica: “Patria, Familia y Libertad”.
Con este relanzamiento, el PAN promete “volver a sus orígenes”, pero más que volver al humanismo político de Gómez Morín, parece mirar hacia la estética y los valores de la ultraderecha europea y latinoamericana.
El concepto no es casual: “patria” apela al nacionalismo; “familia” al conservadurismo moral; y “libertad”, a la apertura económica.
Tres palabras que, juntas, han sido el mantra de la nueva derecha global —de Javier Milei en Argentina a Giorgia Meloni en Italia, pasando por VOX en España.
⚙️ “Libertad”: el regreso del mercado sobre el Estado
En el discurso panista, la libertad no significa democracia o derechos humanos, sino la “libertad de empresa”, la “libre competencia” y la “no intervención del Estado”.
Es la misma idea que justificó la reforma energética de 2013, aquella que desmanteló el control público sobre Pemex y CFE para abrir paso a corporaciones privadas.
Cuando el PAN pronuncia hoy la palabra “libertad”, habla de volver a ese modelo: el de la privatización “responsable”, la liberalización de los mercados y la subordinación del interés nacional al de los inversionistas.
En otras palabras, libertad para el capital, no para el ciudadano.
⚡ Contraste con la soberanía energética actual
Mientras el PAN retoma la retórica liberal de los 2000, el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo sostiene el rumbo de la soberanía energética: fortalecer a Pemex y CFE como empresas estratégicas, promover la autosuficiencia y la transición sustentable.
En su visión, la libertad se ejerce dentro de la soberanía, no en contra de ella.
El PAN, en cambio, parece añorar la época en que el Estado se retiraba para dejar el camino libre al capital extranjero, disfrazando de “modernidad” lo que fue simple renuncia a la soberanía económica.
🌎 Ecos de la ultraderecha global
El nuevo lema panista es casi un calco de los discursos de la ultraderecha en Europa y América Latina.
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En España, VOX enarbola el tríptico “vida, familia, patria”.
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En Argentina, Javier Milei grita “¡Viva la libertad, carajo!”, mientras destruye la estructura pública.
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En Italia, Giorgia Meloni reivindica “Dios, Patria y Familia” como credo político.
El PAN ahora se suma a esa corriente: una mezcla de moralismo conservador con neoliberalismo económico, que promete orden y prosperidad, pero que en realidad recentraliza el poder económico en manos privadas.
El PAN no está renovando su identidad; está reeditando su dogma.
Bajo el disfraz de “patria” y “familia”, intenta volver al viejo modelo que entregó los recursos de todos a unos pocos, en nombre de una “libertad” que nunca fue para el pueblo.
Y mientras el mundo gira hacia políticas públicas de soberanía, justicia y equidad, la derecha mexicana decide mirar al pasado, abrazando los lemas de quienes creen que el mercado es más libre cuando el Estado es débil.
¿Hasta qué punto la “libertad” que defiende el PAN representa tus derechos o los intereses de los corporativos?
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👉 ¿Queremos libertad para el pueblo o libertad para los mismos de siempre?
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