Las faltas administrativas, acciones u omisiones que infringen las normas establecidas, tienen una considerable repercusión en la cohesión social y en el orden público. Estas faltas, lejos de ser menores, reflejan conductas que pueden comprometer la armoniosa convivencia entre las personas en una comunidad.
Estas transgresiones son atendidas por un Juez Cívico o Procurador Social y las sanciones que imponen varían según la gravedad de la falta, pudiendo incluir multas, trabajos comunitarios o incluso arresto por hasta 36 horas.
Algunas de las principales faltas administrativas incluyen:
- Consumo de bebidas alcohólicas o drogas en lugares públicos no permitidos.
- Provocar ruidos que perturben la paz de los vecinos.
- Arrojar basura en lugares indebidos.
- Maltrato o daño a animales utilizando objetos o instrumentos.
La conciencia ciudadana juega un papel esencial para evitar estos comportamientos. Es responsabilidad de cada individuo respetar las normas de convivencia, promoviendo un ambiente de respeto mutuo y cuidado del entorno compartido.
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